La homeopatía es más que un método terapéutico, es una medicina ya que :
En primer lugar, tiene un cuerpo de doctrina propio. Es un conjunto de conocimientos y técnicas desarrolladas por el médico alemán Samuel Hahnemann, a principios del siglo XIX. Está basada en 8 principios fundamentales de fácil comprensión. +info
En segundo lugar, tiene una clínica propia constituida por la forma individualizada de padecer la enfermedad, es decir, los síntomas característicos y peculiares de cada enfermo.
En tercer lugar, tiene unos medicamentos propios. Los remedios homeopáticos se obtienen de sustancias naturales vegetales, minerales o animales. Se preparan en laboratorios, siguiendo una técnica rigurosa de dilución homeopática por lo que carecen de efectos secundarios y toxicidad.
La Homeopatía Unicista es la Medicina de la Persona. El remedio homeopático, bien elegido, lleva el proceso de curación a su más amplia expresión, la búsqueda del equilibrio integral y la curación global del paciente.
Los 8 Principios fundamentales
- La Vis natura medicatix. Que corresponde con la fuerza curativa de la naturaleza.
- La Experimentación Pura. La experimentación de medicamentos en sujetos sanos y sensibles, registrando los síntomas que provocan.
- La ley de los semejantes. Lo semejante se cura con lo semejante, esta ley establece que una sustancia capaz de producir una determinada sintomatología (al experimentarla en individuos sanos) es también capaz de curarla en los enfermos, administrándola en dosis mínimas.
- La individualidad para enfermar. Las causas aun siendo las mismas, no producen los mismos efectos, en virtud de que el sujeto sobre el que actúan ofrece variedad de resistencia de la que depende la reacción. La totalidad sintomática característica.
- La individualidad medicamentosa. Cada medicamento provoca efectos particulares, y siempre hay uno, que es el que más cubre la totalidad sintomática del paciente. El similimum.
- El dinamismo vital. La resultante de todas las operaciones físico-químicas, fisiológicas y psicológicas, efectuadas en el compuesto humano.
- El enfermar crónico. La predisposición del organismo a enfermar de manera recurrente y crónica, su idiosincrasia.
- La dosis mínima adecuada. Las altas diluciones de los medicamentos, y la frecuencia mínima necesaria para que se inicie la curación.
2-Por ser una medicina eficaz
La eficacia está avalada por los resultados satisfactorios obtenidos por homeópatas en todo el mundo durante más de 2 siglos, tanto en enfermedades agudas como en crónicas, y por la multitud de investigaciones clínicas concluyentes.
La eficacia de la homeopatía en los procesos agudos y crónicos es muy alta. En muchos casos más eficaz y más rápida que la medicina convencional.
De hecho, la homeopatía funciona en muchos procesos crónicos o recurrentes, en los que la medicina alopática no funciona.
Es un mito que la homeopatía actúa lentamente.
En los procesos agudos, la homeopatía actúa rápidamente. Si el medicamento es bien elegido teniendo en cuenta los síntomas característicos del cuadro agudo, actúa tan rápido o más que la medicina convencional.
Lo que sucede es que los motivos de consulta más frecuentes en homeopatía, son procesos crónicos o repetitivos, de larga duración, que no se solucionan o mejoran por la vía de la medicina convencional o alopática.
En estos procesos se requiere más tiempo para la curación que en los procesos agudos.
No obstante, la mejoría se establece desde las primeras consultas.
Y para las incurabilidades, la homeopatía ofrece medicamentos paliativos, que mejoran la sintomatología y la calidad de vida del paciente.
Además la homeopatía funciona perfectamente en lactantes, animales, e incluso en cultivos vegetales, por lo que, decir que funciona por efecto placebo, sería de difícil justificación.